Y una consideración personal: Cuando nació Nou Diari uno daba sus últimos pasos profesionales en mi singular y algo errática carrera periodística. Vamos que me acababa de jubilar, lo que me supuso un notable alivio. Al fin (pensaba uno con cierta ingenuidad) podía dedicarme a lo que me apetecía sin estar sujeto a las órdenes y caprichos de mi redactor jefe. Es decir, sobre todo a perder el tiempo, que siempre me ha parecido la mejor forma de ganarlo en lo que más importa: sentir en tu mundo interior la conciencia y la huella de aquello que te motiva, te agrada o despierta tu curiosidad, ese gran motor de la vida más y mejor vivida. Y como uno, antes que periodista es poeta, mi curiosidad principal se orientaba más bien hacía mi propio huerto, más o menos florido. Es decir, leer y escribir. Pero...
Sí, pero la contaminación de mis años mediáticos había obrado su efecto en mi estructura mental y anímica; lo que me había dejado una huella incómoda de rebeldía travestida en pereza que frenaba mis ganas teóricas. Es decir, que me costaba lo mío mantener un mínimo de disciplina, la justa al menos para lograr algún fruto mental de mi postergado afán literario. Por tal motivo accedí gustoso a colaborar con Nou Diari con algún artículo y alguna noticia de paso para atarme, leve, al compromiso de seguir jugando con el lenguaje, la materia prima de mis desvelos. Además, me animaba a ello la relación amistosa y como de hermano mayor que tenía (y tengo) con la buena gente que mueve estos hilos digitales.
En fin, que lo intenté, y con la mejor de las intenciones. Aunque, ay, al tener ya un respaldo económico de pensionista (más bien discreto, pero suficiente para mis dispendios moderados), iba notando que el tirón inicial perdía fuelle; por lo que opté por dejarlo. Al menos en compromiso regular; dejando abierta la posible colaboración a algún pretexto motivador puntual. Como este de celebrar su primera década de vida. Lo que hago encantado, por amistad, cariño y deseo de que siga su ilusionante trayectoria. En y con la libertad y el rigor necesarios para servir a las necesidades informativas y de opinión crítica que una sociedad madura y con criterio, como la pitiusa, pide y merece con creces.
Brindo por ellos, queridas amigas y amigos. Per molts anys. I enhorabona