Nuestro décimo aniversario ha coincidido con la concesión del VII Premio de Periodismo de la Asociación de Periodistas de las Islas Baleares (APIB) al trabajo de la periodista Laura Ferrer Arambarri que desveló e hizo seguimiento de los presuntos casos de pederastia y abusos sexuales cometidos por un sacerdote de la Diócesis de Ibiza.
La investigación se impuso a un total de 79 piezas periodísticas, en la que ha sido la convocatoria con mayor concurrencia del premio hasta la fecha. Se trata, además, de la primera vez que este premio se otorga a un medio nativo digital de Baleares.
El concurso reconoce las mejores piezas del género informativo publicadas o difundidas en 2021 y se fija especialmente en aquellas que hayan tenido una alta repercusión pública y social, y que sean ejemplo de un periodismo responsable y comprometido, de denuncia o de investigación. Aspectos que el jurado, integrado por periodistas de reconocido prestigio (Nemesio Rodríguez, Álex Grijelmo, Miguel Ángel Liso, Nacho Carretero, Antonio Pampliega, Francisco Fernández Beltrán, Francisco Javier Paniagua Rojano, Ángeles Durán, Antonio Sánchez Grao y Manuel Aguilera) encontró en los 14 artículos publicados sobre el tema que formaban parte de la candidatura.
Ese día, Noudiari.es desveló que el Arzobispado de Valencia investigaba un caso de presuntos abusos sexuales cometidos por un sacerdote de Ibiza.
Desde entonces, este medio reveló hasta otros cuatro casos de abusos sexuales cometidos presuntamente por el sacerdote entre los años 90 y 2008, además de un sexto caso hecho público a través de IB3 televisión y del que también se hizo eco la investigación de este medio.
Tras conocerse los primeros casos, el sacerdote, que había ejercido en Ibiza desde 1981, fue apartado de sus funciones de la Iglesia Católica y abandonó la isla. Actualmente está a la espera de juicio y el Defensor del Pueblo ha incluido ya el primero de los testimonios en el macro expediente que recopila casos de abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica de España. Un expediente que abrieron en julio a instancias del Gobierno y que ha recopilado hasta el momento más de 250 testimonios por todo el territorio nacional.
Es importante reseñar que varias de las víctimas de Ibiza con las que ha hablado este medio han tenido secuelas psicológicas tras sufrir los abusos en edad infantil o adulta. En al menos dos de los casos estas personas han manifestado que se sienten revictimizadas por el rechazo social que ha generado que hagan público su testimonio y porque no han recibido ningún tipo de apoyo por parte de asociaciones, instituciones o partidos políticos.
Estos son los casos recopilados por este medio en el orden en el que tuvimos conocimiento de ellos. Abarcan desde el año 1991 a 2008
El 8 de marzo de 2021, Laura Ferrer se entrevistaba con Sergio Lleó: había sido citado por el Arzobispado de Valencia en la sede del Obispado de Ibiza para dar su testimonio en una investigación interna abierta en la iglesia a instancias del Vaticano tras haber denunciado los abusos a través de redes sociales.
Su caso tuvo una amplia repercusión en medios de comunicación y posteriormente puso una denuncia penal. También ha acudido recientemente el Defensor del Pueblo para aportar su testimonio dentro de una gran recopilación de casos que han abierto para tratar de reparar los daños a las víctimas de la pederastia en la Iglesia Católica de España.
Según esta víctima, los hechos se remontan a 1996, cuando él tenía 10 años y era monaguillo la iglesia del Rosario de la ciudad de Ibiza. Asegura que el sacerdote cogió su mano y la llevó a su pene al menos en tres ocasiones. El hecho de que sacara a la luz su caso propició que otras personas en su misma situación diesen el paso. Lo primero que hizo fue exigir que apartaran a este cura de la Diocésis y apuntaba a que podría haber muchas más víctimas, dado que ejerció durante cuatro décadas.
El 11 de marzo de 2021, Noudiari entrevistaba a una segunda víctima José Juan, una de las personas que más activamente han denunciado el caso posteriormente. En su testimonio habla en plural ya que asegura que conoce a otras presuntas víctimas del cura.
El joven relata que su caso se remonta a principios de los años 90 y que sucedió en la Parroquia de San Pablo (Sant Pau) de Ca n’Escandell (Casas Baratas) en Ibiza.
“Desde el año 1993 mis padres eran asiduos a la parroquia de San Pablo, porque estaban en el grupo religioso Camino Neocatecumenal”, explica. “Como éramos casi vecinos de la parroquia, mi madre me enviaba a confesarme con este sacerdote”, explica. Así, el chico acudió en varias ocasiones a la casa parroquial, donde vivía el sacerdote, a confesarse. Fue en dos de estas ocasiones “en el año 1993 o 1994” cuando el sacerdote cometió presuntamente los abusos sexuales. Le realizó tocamientos sexuales en al menos dos ocasiones.”Con la excusa y la complicidad del ‘venga, cuéntame tus cosas‘ él empezó a meterme mano”, explicaba sobre su caso.
A finales del mes de marzo Noudiari desvelaba también en exclusiva otro caso que, además, fue el primero en llevarlo al justicia ordinaria tras denunciarlo en la Policía Nacional. Se trata del más grave del que ha tenido constancia este medio hasta el momento ya que los abusos se mantuvieron en el tiempo, durante dos años.
En este caso, los hechos sucedieron cuando el denunciante tenía entre 10 y 12 años. Los abusos se cometieron presuntamente en la parroquia de San Pablo del barrio de Ca n’Escandell de la ciudad de Ibiza en los años 2000, es decir, en el mismo lugar donde sufrió los abusos José Juan a principios de los años 90.
Su denuncia apunta un abuso sexual continuado durante dos años mientras ejercía labores de ayuda en la mencionada parroquia.
Una cuarta presunta víctima relató que el religioso trató de abusar de él en 1991cuando tenía 16 años, hace ahora 30 años. El hombre denunció que, además de acosarlo en el instituto Blanca Dona donde era su tutor y profesor de Religión, habría intentado realizarle tocamientos íntimos, que rechazó. Su testimonio fue recogido por IB3 y es, como en los demás casos, demoledor: “He llorado cuando me enterado de todo, porque de haberlo denunciado en aquel momento quizá no hubiera habido más víctimas. Pero en el entorno de la congregación de la Iglesia parecía que había voluntad de ocultarlo”.
“Era mi profesor de Religión y tutor en el Instituto de sa Blanca Dona y además estábamos en una misma congregación religiosa. En los pasillos del centro escolar intentó besarme en los labios varias veces. Me moría de la vergüenza. Un día se me estropeó la moto y se ofreció a llevarme a casa. En el trayecto deslizó la mano derecha hacia el muslo y hasta mi entrepierna. Cogí el volante de su coche y le dije: o paras o nos matamos los dos”.
La quinta víctima, que ya era mayor de edad, explicó que, en su caso, Juan Souza le besó y tocó en la casa parroquial de la iglesia del Rosario de Ibiza también abusando de su posición de poder espiritual y material ya que le había prestado dinero para un alquiler y le había acogido junto a su pareja en la propia casa parroquial.
Los hechos se remontan a 2006 cuando él y su pareja, que entonces estaba embarazada, recibieron apoyo por parte del sacerdote ya que se encontraban “en una situación económica muy precaria y vulnerable”. El sacerdote incluso les avaló para acceder a un piso de alquiler y les prestó un dinero con el mismo destino. La noche antes de que el sacerdote firmase el aval, el joven acudió a su vivienda, en la parte superior de la casa parroquial del Rosario, anexa la iglesia. “Sin venir a cuento me besó en la boca con lengua y comenzó a tocarme los genitales mientras él también se tocaba. Me quedé paralizado”.
“Es verdad que tenía 28 años, ya no era un niño como los otros testimonios que se han recabado, pero me quedé en shock”, describe. “Él aprovechó su posición de superioridad porque no solo actuaba conmigo como guía espiritual sino que me había prestado dinero y un aval“, relata.
Blanca Rodríguez es una traductora y escritora gallega que, por circunstancias laborales de su padre, pasó unos años en Ibiza en la década de los 90. En 1992 cursaba 1º de BUP en el instituto Sa Blanca Dona y el sacerdote era su profesor de religión. Durante una excursión en autobús, afirma que Souza le tocó los pechos: “Él estaba de pie en el pasillo y yo, de rodillas en el asiento, mirando hacia atrás, charlaba con unos amigos. El bus pilló un bache y Souza se apoyó en lo que pudo. Lo que pudo fueron mis tetas”. Lejos de apartar sus manos de ella, las dejó allí posadas un rato. “No soy imbécil, sé perfectamente lo que pasó porque el autobús siguió su camino y la mano siguió ahí”, explica.
El actual obispo de Ibiza, el ibicenco Vicent Ribas Prats, cuyo nombramiento se hizo público en octubre del año pasado, reveló en su primera rueda de prensa que el sacerdote ya no ejercería más el ministerio. Es decir que no solo se le apartó de la Diócesis de Ibiza al conocerse los casos sino que no volverá a celebrar ningún sacramento.
Unos meses más tarde, en febrero de 2022, en una entrevista en profundidad con el obispo de Ibiza, Ribas explicaba: “Ha habido varios casos pero no los puedo revelar. Varias personas han hablado conmigo. Les he dicho que tienen que poner una denuncia al ser mayores de edad. Si fueran menores de edad iría yo y la pondría. Soy partidario de que, si hay una cosa que no está bien, hay que actuar enseguida y evitar el daño que se pueda hacer”.
Tres de las víctimas han puesto denuncias por la vía penal, en dos casos amparadas por el incremento de los plazos de la prescripción de este tipo de delitos gracias a la Ley de la Infancia o Ley Rhodes y están ahora a la espera de juicio ya que, por lo que saben, el proceso sigue en fase de instrucción y todavía no han sido citadas para ninguna vista.